El creador del término ESTRÉS (del inglés "stress") fue el endocrinólogo austríaco-canadiense HANS SELYE (1907-1982), quien comenzó a estudiarlo en 1936 y se convirtió en una autoridad mundial en el tema. A él se debe también el concepto de "Síndrome General de Adaptación" (SGA).
"Adoptar la actitud correcta puede convertir el estrés negativo en positivo"
Los estímulos del medio ambiente crean tensión en los organismos vivos (y se rompe la homeostasis), los cuales deben adaptarse a esos estímulos, que pueden ser positivos o negativos. Por ejemplo, el miedo es un estímulo negativo, pero una alegría es un estimulo positivo.
Los estímulos positivos son llamados EUSTRÉS y los negativos, DISTRÉS.
Algunos de los estímulos negativos (causantes de distrés) del medio ambiente pueden ser: muerte o enfermedad de un familiar o amigo, sufrir un accidente o enfermedad, tener una discusión o pelea, estar desempleado, no tener suficiente dinero o alimentos, deudas, exámenes, mudanzas de colegio o ciudad, divorcio de los padres, "mal de amores" o enamoramientos no correspondidos, tener nuevas responsabilidades, frustraciones, etc.
El cuerpo reacciona a los factores estresores a lo largo del eje hipotalámico-pituitaria-glándulas adrenales, y segrega hormonas que lo preparan para las respuestas de lucha-huida (Respuesta de "Fight or flight", de Walter Cannon, 1932). Entre las hormonas segregadas se encuentran los Glucocorticoides (GCs), que son hormonas esteroides que controlan el metabolismo, inflamación, funciones de inmunización, balance del cloruro de sodio y el agua; así como la habilidad para soportar enfermedades y lesiones. Las hormonas esteroides se sintetizan a partir del colesterol en las glándulas adrenales y en las gónadas.
El Síndrome General de Adaptación (SGA) tiene tres etapas:
1) Reacción de Alarma: se detecta el estímulo y el organismo comienza a responder para adaptarse a él.
2) Resistencia: se inicia la lucha fisiológica y psicológica para enfrentar la situación. Se buscan o crean mecanismos para manejar la tensión. Si se triunfa, el organismo se robustece.
3) Agotamiento: cuando el organismo no tiene recursos o capacidad para continuar la lucha o adaptarse se produce un cansancio extremo, disminuyen las defensas, merma el buen funcionamiento corporal. Aparecen trastornos psicosomáticos. A la larga pueden aparecer enfermedades graves (como el cáncer) y puede llegar a ocurrir la muerte (por ejemplo, de un infarto).
¿Cómo afrontar el estrés?
1) En primer lugar aceptando que el estrés es inevitable. El organismo viviente requiere cierta dosis de estrés para mantenerse vivo, igual le pasa a un ser humano. Ahora bien, cuando el estrés es muy fuerte existen una serie de acciones (físicas y psicológicas) para manejarlo.
2) En segundo lugar, un cuerpo en buena forma física es capaz de soportar mejor el estrés. De ahí la importancia de mantener nuestro peso, ejercitar nuestros músculos, realizar alguna actividad física todos los días (deporte, baile, caminar, nadar, jardinería...) para tener nuestro cuerpo en la mejor forma posible. Una de las maneras más sencillas de mantenernos en buena forma física es caminar diariamente al menos media hora a buen paso. Realizar un deporte que requiera un fuerte gasto energético (fútbol, basket, tenis, baile, trotar, golf...) es una excelente manera de liberar el estrés y, de paso, mantenernos en forma.
3) Aprender técnicas de relajación, bien sea por medio de respiración lenta y profunda; por medio de meditación, ejercicios de Yoga. De 20 a 30 minutos diarios de esta práctica pueden ser sumamente beneficiosos.
4) Hablar con otras personas (preferiblemente más sabias que nosotros) sobre las causas de nuestro estrés. puede ser de gran ayuda. Estas personas pueden ser amigos, médicos, psicólogos, psicoterapeutas, confesores, ministros de la iglesia. Existen personas especializadas, como los psicoterapeutas y "coachs" que pueden enseñarnos a manejar nuestro estrés. Recordemos lo que le dijo la paciente "Anna O" a Sigmund Freud: "Doctor, déjeme hablar, porque hablando yo me curo".
5) Utilizar nuestros recursos mentales para afrontar el estrés. Las tensiones y peligros son captados fundamentalmente por nuestro cerebro reptil (encargado de la supervivencia), así como por nuestro cerebro límbico (o mamífero). Nuestro neo-cortex (que es la parte más desarrollada y típica de los Homo sapiens) nos puede ayudar a entender las situaciones causantes de estrés, comprender sus razones, y diseñar acciones para afrontarlas de la manera más práctica y eficaz posible. La lógica, la objetividad, la tolerancia, la concentración y la sublimación pueden ser de gran ayuda a la hora de afrontar situaciones estresantes.
6) El humor es un factor altamente beneficioso para encarar el estrés. Poder reírnos de nosotros mismos, ayuda mucho a disminuir las tensiones. Reír al contar chistes, ver películas cómicas, asistir a sesiones de "risoterapia" es un arma eficaz para relajarnos y poder afrontar las situaciones difíciles de la vida
Recordemos que nuestro neo-cortex evolucionó por más de tres millones y medio de años y es capaz de hazañas casi increíbles. Gracias a él, los Homo sapiens, hemos sido capaces de sobrevivir a situaciones sumamente difíciles y complejas. Nuestro neo-cortex puede encontrar las mejores respuestas para entender nuestro estrés y superarlo. De nosotros depende utilizarlo a nuestro favor y a favor de aquellos que están a nuestro lado.